KID PAMBELE, Una Generación

30.10.2012 13:21

 

 

“Voy a contar una historia de un héroe que tengo 
Todos vivimos la euforia, y aún queda el recuerdo 
Lo conocí por la tele muy de madrugada 
Y la inocencia de un niño que tira trompadas 
La gente le llama Pambe, y el era alegría 
Y la esperanza de un pueblo que nada tenía….. “   Carlos Vives

 

Antonio Cervantes, un quijote del deporte colombiano, mucho se ha escrito acerca de este grande del pugilismo mundial, su ascenso y su caída pero pocos han identificado el peso social que llevo a este personaje mítico al mundo del dinero, las drogas y la adulación.

Cartagena para los años 70 era una sociedad cerrada donde solo unas pocas familias con donaires europeas y costumbres latinoamericanas, esquivas al ingreso de personas distintas de su terruño y aun menos personas de raza negra, consideradas inferiores para su estatus y muchos menos para su amistad.

Pambele desciende de esa raza cimarrona de negros emancipados por luchas, sudor y sangre. Después de que la avanzada española diezmó la población aborigen se vio obligada a traer una raza fuerte de gran resistencia de la lejana África, a partir de 1540 muchos de estos grupos negreros fueron escapando de sus lugares de labores buscando en la húmeda selva y pantanos asentamientos libres para cimentar la mezcla romántica del culto español y su raíces aborígenes.

Para la época la alta sociedad Cartagenera deleitaba sus horas de ocio entre las tertulias sobre la situación de tal o de pascual y entre el deporte de las narices chatas, muchos negros eran la atracción por su resistencia y ferocidad, evocando muy seguramente la pelea de dos animales, pero había uno que para esa época ni brillaba ni ganaba, otrora, el campeón mundial.

El 28 de octubre de 1972 en tierras ajenas se consagro “el negro Pambe” logro que en su tierra no había podido alcanzar, después de tantos tropiezos la fortuna lo alcanzaba de manera rápida y contundente, y si allí “nockeaba” a “Pepermint” Frazer en el decimo asalto.

Estoy seguro que por su cabeza pasaban las más buenas intenciones de ayudar y salir adelante, pero impetuosa y con paciencia macabra personajes que aun con su triunfo y gloria lo seguían viendo como ese pobre negro y no podían permitirse que alguien de su procedencia alcanzara lo que para ellos solo estaba permitido, Pambe pronto se deslumbraría con el saludo de lo que antes lo escupían, su memoria fue corta y fácilmente olvido a los que lo impulsaron.

La historia y el éxito comienza de las manos con las primeras contradicciones sociales, la historia sabia se repite y desde la misma biblia se ha hablado que las jarras de barro no pueden juntarse con las de hierro, alguna sufre las consecuencias pero el buen Kid no tuvo quien se lo dijera o si lo tuvo no escucho, dilucidaba un futuro lleno de amigos poderosos, fieles y acceso donde siempre soñó.

La bolsa de dinero empieza a crecer y llenarse y así mismo empiezan a crecer los amigos que por arte de magia llegaban y lo usufructuaban y por arte de magia se iban y lo abandonaban; era natural, pero me hacia la siguiente pregunta mientras reflexionaba en tal situación: la culpa como muchos y el mismo Pambe aduce son de esas personas inescrupulosas, aprovechadas que lo sumergieron en la hecatombe personal, pública y familiar,  es realmente de ellos?

Yo personalmente observo y señalo varias causas esenciales que fueron determinantes para el conocido desenlace de Pambe entre muchas la precaria memoria de la sociedad, la doble moral y la permisividad del Estado mismo. Muchos pensaran que es dramatismo e infundado tales señalamientos, pero tratare de esbozar la mea culpa de estos sectores que pudiendo no quisieron o queriendo no pudieron.

En primer lugar el Estado tiene una responsabilidad moral, el Estado se alimenta del devenir de sus ciudadanos, oculta problemas con situaciones o circunstancias que toquen fibra ciudadana, es evidente que para el Estado sea un negocio siempre tener conflictos, magnicidios etc. Al poseer un escenario muerto deportivamente hasta la fecha de la victoria del Kid, aprovecho de forma inmediata éste  momento lucrándose de manera directa y suficiente de su imagen, pocos saben que para la época de la victoria del Campeón, por Colombia se vivía un periodos de inflación altísimo, divisiones y cruentos debates entre los partidos tradicionales entre otros problemas, que mejor situación que un campeón nunca tenido; no solo basta la pensión que de forma tardía se le ofreció a Kid y demás glorias del deporte, no solo bastaba eso, el Estado debió propender por la conservación de su patrimonio, por impulsarlo como figura de emulación no de oprobio, conservación de su legado y no solo se saciarse de su gloria mediática y luego dejarlo al olvido como tal ocurrió.

De igual manera la Sociedad jugó un papel fundamental, esa anacoreta sociedad Cartagenera religiosa y de grandes próceres que se dejo permear fácilmente por el jugo del dinero fácil, debido a la cantidad de ricos pobres dueños de abolengos y también grandes deudas, se les presentaba la oportunidad que a costa de la ignorancia y deseos por un individuo de ser aceptado, que nunca nada lo tuvo pero todo lo consiguió, ni la aceptación de su género por su condición racial, estoy seguro que nunca lo olvido. Pero esta sociedad no censuró con el mismo arraigo y ahínco tal como lo hizo en su juventud al Campeón, al no permitirle si acaso rozarse con uno de los distinguidos habitantes de alcurnia. Pero ahora gozando de la misma condición primera pero con unos cuantos pesos, era elogiado y aceptado como uno de ellos, donde estaba esa sociedad?.

Así, es imprescindible observar que la doble moral de la sociedad que nos arropa desde la época de los colonos españoles, cobró cara cuenta de cobro al pugilista Colombiano al permitirle entrar a su casa, pero impidiéndole sentarse en su mesa.

Por último es menester señalar que en esta historia no hay culpables ni verdugos, solo hay una historia que refleja el vivir de una sociedad colombiana desprendida del dolor ajeno, envidiosa de la gloria del vecino, moralista de medio tiempo y por sobre todo de falsa y corta memoria.

PD: Mas sin embargo aun hoy con entusiasmo los medios de comunicación avocan al deportista como lo mejor que ha dado nuestra gran patria colombiana, poniendo como mono de circo la historia detrás de la historia como acaparadora de rating………….. A buen entendedor pocas palabras. 

 

Jose Ovalle